Morcilla de burgos a la plancha

La morcilla de Burgos a la plancha es un plato tradicional de la gastronomía española, específicamente de la región de Burgos.

Se trata de una deliciosa morcilla, también conocida como morcilla de arroz, que se cocina a la plancha y se sirve como entrante o acompañamiento en cualquier ocasión.

La morcilla de Burgos es un embutido que se elabora con sangre de cerdo, arroz, cebolla, pimentón y especias, y se presenta en forma de salchicha alargada.

Su origen se remonta a la Edad Media, cuando era considerada un alimento de pobres debido a su bajo costo y a que se aprovechaban todas las partes del animal en su elaboración.

Sin embargo, con el paso del tiempo, la morcilla de Burgos se ha convertido en un manjar muy apreciado, tanto en España como en otros países. Su popularidad se debe a su sabor único y a su versatilidad en la cocina, ya que se puede consumir de diversas maneras, como a la plancha, frita, en guisos o incluso en tapas.

La preparación de la morcilla de Burgos a la plancha es muy sencilla.

Primero, se cortan las salchichas en rodajas de aproximadamente un centímetro de grosor y se colocan en una sartén o plancha caliente con un poco de aceite de oliva.

Se cocinan durante unos minutos por cada lado, hasta que estén doradas y crujientes por fuera y jugosas por dentro. Este plato se suele servir acompañado de una guarnición de patatas fritas o asadas, aunque también puede acompañarse con una ensalada fresca o incluso con una salsa de tomate casera.

Otra opción es añadir un huevo frito encima de las rodajas de morcilla para darle un toque aún más sabroso. La morcilla de Burgos a la plancha es un plato muy versátil que se puede disfrutar tanto en una cena familiar como en una reunión de amigos. Además, es una excelente opción para aquellos que buscan una dieta equilibrada, ya que es una fuente de proteínas y vitaminas, y al cocinarse a la plancha, se reduce el contenido de grasas.

En la región de Burgos, este plato suele acompañarse con un buen vino tinto de la zona, creando así una armonía de sabores que realza el sabor de la morcilla.

Sin embargo, también se puede maridar con otros tipos de vino, como un tinto joven o un rosado, o incluso.